"Las Magnificas" (Bogotá, 1986- VERSION RECARGADA)

***“Las Magníficas” (1986)



LAS MAGNIFICAS SON:

*Rosita, la peruana (Foto: Patricia Pereyra) (NARRADORA)

*Sara Parlova (Foto: Martha Lilliana Ruíz)

*Lilibeth (Foto: Natalia Giraldo)

*María Lynette (Foto: Claudia Anderson):

Y también... Susy, la vecina (Foto: Nelly Moreno):

Y "Osita":


Otros personajes:

Tony (Foto: Javier Bracho):

Juan Gustavo (Foto: Maxwell Caulfield):

El profesor Bobby (Foto: Patrick Duffy):

Mauro (Foto: Andrew McCarthy):

Tuto, el locutor (Foto: Chuck Wagner):

Don Gregorio y Doña Andrea, padres de Rosita (Foto: Angélica Aragón y Rogelio Guerra):

CANCIONES:

1. Chicas De Hoy (3:03). Interpretado por: Tatiana (* Canción principal *)

2. Manic Monday (3:06) Interpretado por: The Bangles

3. Tiempos Mejores (3:23) Interpretado por: Yuri

4. Las Puertas Del Olvido (4:19). Interpretado por: Los Iracundos (* Canción de María Lynette *)

5. Ya No Puedo Mas (4:09), Interpretado por: Lorenzo Toppano (* Canción de Rosita *)

6. O ella, o yo (3:54), Interpretado por: María Conchita Alonso (* Canción de Sara Parlova *)

7. Alone (3:39) Interpretado por: Heart (* Canción de Lilibeth *)

8. 
Mi Vida Eres Tu (3:34) Interpretado por:  Rudy La Scala

9. Carmín (4:07) Interpretado por: Roxana Valdivieso

10. Susana (4:39) Interpretado por:  Fausto

11. La Cuchilla (2:37) Interpretado por:  Las Hermanitas Calle

12. Si tu te vas (3:47) Interpretado por: Juan Luis Guerra y 4.40

13. De Oro (4:31) Interpretado por: La Familia André

14. Ay amor (4:15) Interpretado por: Cuco Valoy 

15. Volveré (4:20) Interpretado por: Wilfrido Vargas y su Orquesta

16. La Huesera en TV (3:50) Interpretado por: Dolcey Gutierrez


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Bogotá, 1986. 


Comenzaba un nuevo año, 1986, una nueva ilusión que la situación política, económica y social mejoraría en Latinoamérica.

Atrás quedó el infame 1985, con dos tragedias que estremecieron a Colombia con repercusiones en el plano internacional. No nos recuperábamos de la toma del Palacio de Justicia cuando nos enteramos de que el volcán Nevado del Ruíz despertó de su largo sueño para sepultar, en un mar de lodo, al pueblo de Armero. Aquellas tragedias nos sensibilizaron, a tal punto, que nos dimos cuenta de que nada escrito en nuestras vidas y que teníamos que vivir la vida al máximo. En mi caso, yo solo quería graduarme del colegio, pero, para eso, solo me falta un año.

Esta es mi historia… 

Era mi tercer año viviendo en Colombia. 

Llegué proveniente del Perú, en compañía de mis padres, Andrea y Gregorio. Papá trabajaba en una empresa que comercializaba computadores… competencia de la IBM… era el futuro, alegaba mi papá. Y la verdad, el tiempo le dio la razón. Mamá era ama de casa, aunque en sus ratos libres iba al salón de belleza ó veía telenovelas.

Los jefes de mi papá vieron que la situación en el Perú se agravaba con la crisis social y política que sucedía en el momento… y los apagones y ataques provocados por un grupo terrorista que solo sembraban dolor y destrucción entre la gente. 

Entonces, le ofrecieron una vacante para ocupar una vacante como administrador de su sede en Colombia. ¿Colombia? En ese tiempo, estaba confundida. ¿Y qué hay en Colombia? Al llegar a Bogotá, pues, mi familia y yo encontrábamos una situación similar, asesinatos y secuestros provocados por los narcotraficantes y la guerrilla… como si la intolerancia fuera tendencia en toda Latinoamérica.

Pero, más en Colombia, un país, que luchaba por una fama “errónea” a nivel internacional. Y digo “errónea”, porque Colombia tenía una imagen completamente diferente a como se pensaba en el exterior, lleno de gente emprendedora, amable y divertida.

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Cumplí 16 años hace unos meses, y de regalo de cumpleaños, pues, viajé con mis padres a Los Angeles, California, en los Estados Unidos, para visitar a unos primos, por parte de padre. Estuve en Disneylandia donde nos subimos a la montaña rusa, "Space Mountain"... todavía tengo mareos de las vueltas... uf... en "Universal Studios", donde nos tomamos con el doble de "Mario Baracus" de la serie "Los Magníficos", el museo de cera, y caminamos por el teatro chino y ver las huellas de las estrellas de cine... ¡¡¡Esto parecía un sueño hecho realidad!!!

Y veía con mis primas una telenovela peruana, "Carmín", que emitía en la señal de la televisión del Canal 52 en español. Hasta llegué a grabar un episodio en un cassette de Betamax, para el recuerdo, y verlo a mi regreso a Bogotá.... y la veía varias veces y no me cansaba... todo con tal de ver alguno programa de mi país.

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Esa mañana, dormía plácidamente en mi cuarto, cuando de pronto, sentí que me lamían la cara. Me desperté. Era “Osita”, la perrita de la casa. “Osita” era una perrita cruzada, de raza pekinés cruzado con otra raza. Nos recordaba mucho a “Gizmo”, el tierno muñequito de la película “Gremlins.” Es decir, “Osita” era una perra “chusca”. Bueno… ejem… la definición en “chusco” era diferente para alguna gente en Lima que algunas personas en Bogotá. 

Para la gente que conozco de Bogotá, algo “chusco” es algo bonito, pero, para mí y mi familia, algo “chusco” se definiría como algo “feo” y “ordinario” (en Bogotá, los llamarían “perros chandosos”). Pero, “Osita” era linda.

“Osita” era la consentida de la casa y la que nos daba alegría a la casa. La queríamos mucho. Para nosotros, “Osita” era un miembro valioso de la casa, como si fuera una hermanita menor, para mí, la hermana que nunca tuve por ser hija única. Y fue, precisamente, “Osita” fue la que me recordó para prepararme para mi primer día de clase.

“Osita” no pudo viajar con nosotros a Los Angeles, California, en los Estados Unidos, quedándose con Susy, nuestra vecina. Era primera vez que se desprendía de nosotros… y la extrañábamos… snif… le prometimos que no la dejaríamos sola.

Gracias a “Osita" me preparaba para mi primer día de clase.

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Puse un poco de música,"Maniac Monday" de The Bangles, que compré en mi viaje a Los Angeles, California.

"Six o'clock already/ I was just in the middle of a dream/ I was kissin' Valentino/ By a crystal-blue, Italian stream."

Con esa canción como fondo, empecé a seleccionar mi ropa, bañarme, cambiarme y maquillarme y bajo las escaleras para tomar desayuno con mamá, papá y “Osita.” Mamá busca hacer conversación. 

-¡¡¡Gregorio, no puedo creer que nuestra “princesita” se gradúa este año del colegio!!!
-¡¡¡Así es, Andrea, nuestra “princesita” ya es toda mujercita!!! ¡¡¡Parece que fuera ayer cuando la tenía en mis manos, meciéndola!!!
-Y después, celebramos su fiesta de 15 años… ¿Te acuerdas, Rosita?

¡¡¡Claro!!! ¡¡¡Como no me iba a olvidar de mi quinceañero!!! Recibí muchos regalos y asistieron todas mis amigas… ¡¡¡Era la mejor fiesta de mi vida!!!

- “Princesita”, ¿Cómo está tu amiga María Lynette? -, preguntó mamá.
-Está bien, mamá. -, le respondí tímidamente.
-Vamos a pasar primero a recoger a María Lynette para ir al colegio. -, papá respondió.
-¡¡¡Qué bueno!!! ¡¡¡Tu amiga me cae muy bien!!! Me acuerdo de que a ella le gustaba lo que cocino. Dile que el otro día cocinaré “causa rellena” y está invitada.
-Lo haré, mamá.

En ese momento, papá miró su reloj y pidió permiso para retirarnos. Me despedí de mamá, quién me dio su bendición, y, claro, de “Osita”. Nos encontramos afuera con Susy, la vecina, que también iba al colegio.

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Papá y yo emprendimos el viaje camino al colegio. Pero, antes tuvimos que recoger a María Lynette que vivía, camino al colegio. Durante el trayecto, escuchábamos en la radio del auto, “Maniac Monday” de The Bangles:

“It's just another manic Monday (Woah, woah)/ I wish it was Sunday (Woah, woah, woah, woah)/ 'Cause that's my fun day (Woah, woah)/ It's just another manic Monday.”

Llegamos a casa de María Lynette. Ella era una trigueñita de cara redonda, cabello negro lacio y muy largo. 

“¡Q´hubo, “mona chusca”!”, exclamó María Lynette.

María Lynette fue la primera amiga que conocí en Colombia. Estaba recién llegada a Colombia, cuando de pronto, unos chicos me gritaron “mona chusca.” Yo estaba muy deprimida porque creía que me estaban insultando… pero, al menos, la gente que conozco en Bogotá, “monos” les dicen a las personas de cabello rubio y claro, mientras que, a diferencia en Lima… para esas personas “chusco” era algo bonito. ¡¡¡Los chicos me estaban mandando un piropo y decían que era muy bonita!!! A partir de ese momento, María Lynette me llamaba, en broma, “mona chusca.”

-Qué tal, María Lynette, ¿Cómo está tu familia? -, preguntó papá.
-Pues, todos estamos bien en casa. Señor, ¿Cómo está la señora Andrea?

Le di los saludos de mamá.

-También le mandas muchos saludos a la señora Andrea-, dijo María Lynette, -¡¡¡No veo la hora que vuelva a preparar “causa rellena”, mi plato favorito del Perú!!! ¡¡¡Hummmm!!!

Le avisamos la invitación a comer “causa rellena”, su plato favorito. Entonces, emprendimos el camino rumbo al colegio. y la emoción de volver a ver Sara Parlova y Lilibeth.

-¡¡¡Bah!!! ¡¡¡Otra vez volver a ver a ese par de engreídas!!!-, exclamó María Lynette.
-Deja tus celos, por favor, María Lynette-, le respondí.
- ¿Celosa, yo? Por favor, Rosita, lo que pasa es que son unas hijitas de papi y mami… esa Sara Parlova siempre hablando de sus novios de turno… y peor… ¡¡¡Esa Lilibeth que presume porque habla inglés!!!
-Pero, ellas son buenas muchachas.
-Si, bien en el fondo… son buena gente… ¡¡¡Jajajajajaja!!!

Y seguimos el camino rumbo al colegio.

Finalmente, llegamos al colegio. Papá y yo nos encontramos en el patio de entrada junto a María Lynette. En el recinto escolar, los estudiantes volvían a reencontrarse con sus compañeros, mientras que aparecían otros provenientes de otros colegios. En ese momento, se acercaron Sara Parlova y Lilibeth y nos despedimos de papá. 

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Sara Parlova era muy linda, rubia, alta, con porte de reina, mientras que Lilibeth era, más bien, menudita, cabello castaño lacio y largo y ojos redondos café. 

Sara Parlova y yo éramos las menores del grupo, con 16 años, mientras que María Lynette nos llevaba un año y Lilibeth era la mayor con 18 años. Por lo general, en el grado, el promedio de estudiantes era de 17 a 18 años. Lo curioso es que me desesperaba que ellas me hablaban de “usted” … ¡¡¡Éramos muy amigas y todavía me hablaban de “usted”!!! ¡¡¡No podía tolerarlo al principio, pero, después me acostumbré!!! ¡¡¡Jajajajajajaja!!! Las conocía desde el Noveno Grado, era nuestro tercer año juntas. En medio de tareas, libros, fiestas y amores pasajeros, transcurrieron, ya ingresamos a Grado Once.

Sara Parlova nos comentó de su viaje a Aruba y Curazao, para disfrutar del sol y la playa. Lilibeth estuvo de viaje por Londres, perfeccionando su inglés. Lilibeth, como hablaba Inglés a la perfección, enos traducía las letras de las canciones de moda y nos ayudaba con la tarea de idiomas.

- ¿Y ustedes? -, preguntó Sara Parlova, - ¿Qué hicieron durante las vacaciones?
-¡¡¡Ejem!!!-, respondió María Lynette, -¡¡¡Yo estuve en Madrid!!!
- ¿En Madrid, España? -, preguntaron Sara Parlova y Lilibeth con asombro.
-¡¡¡No, pues, estuve en Madrid, Cundinamarca, un pueblo a unas horas en Bogotá!!!-, exclamó María Lynette, en tono desfachatado.
- ¿Y usted, Rosita? ¿Qué hizo en las vacaciones? -, preguntó María Lynette.

¿Otra vez? ¡¡¡No podía acostumbrarme a que me hablen de “usted”, muy formales, siendo muy amigas y compañeras del colegio!!! En ese momento, Lilibeth, cambió la conversación, y recordó la excursión de fin de año y todas acordamos que no podíamos faltar. En ese mismo instante, sonó la campana para ingresar al salón de clases, dando comienzo a la rutina escolar. Tony y Mauro ingresaron, también, con nosotras a clases.

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De pronto, nos tocó clase con el profesor Bobby, de Matemáticas. Sara Parlova parecía emocionarse con el profesor y comenzó a guiñarle el ojo, para llamar la atención. Notamos que el profesor se ponía nervioso con los coqueteos de Sara Parlova, a tal punto que interrumpió la presentación de su clase varias veces. Pero, Sara Parlova solo le guiñaba el ojo y le provocaba gestos coquetos para llamar la atención del tímido profesor

Horas después, en la hora del recreo, nosotras estábamos sentadas en la grama, sobre nuestros uniformes, conversando con Sara Parlova. En ese momento, el profesor pasó cerca de nosotras. Sara Parlova volvió a guiñarle el ojo al profesor, logrando que él se pusiera nervioso y decidió retirarse a la sala de profesores.

Pero, en ese mismo instante, Tony y Mauro se acercaron a hablar con nosotras, trayendo una radio portátil a pilas, para escuchar música. Sonó “Alone”, del grupo Heart, de las canciones favoritas de Lilibeth:


“I hear the ticking of the clock/ I'm lying here the room's pitch dark/ I wonder where you are tonight/ No answer on the telephone.”

-Oiga, Lilibeth-, preguntó Tony, - ¿Y usted sabe que es lo que quiere decir esa canción?
-Si, claro. La letra es muy romántica y sensual. -, respondió Lilibeth.

Lilibeth nos traducía la letra. Lilibeth le guiñó el ojo a Tony. Tony se puso nervioso.

En ese momento, se escuchó la voz del Tuto Cuadros, el locutor. María Lynette suspiró. Nosotras nos quedamos mirando a María Lynette, pero, no le hicimos caso y seguimos conversando y escuchando música hasta el momento que sonó la campana para regresar a clases.


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Después de la jornada escolar, María Lynette, Sara Parlova, Lilibeth y yo nos reunimos en mi casa para tomar un “lonche” (ó mejor dicho, unas “onces”, como decían aquí). “Osita” recibió a mis compañeras. Sara Parlova levantó a “Osita” para hacerle caricias y besitos a la consentida de la casa. Lilibeth y María Lynette pedían turno para abrazar y acariciar a la consentida de la casa. Les conté que un perro anda detrás de “Osita.”

- ¿Y qué tal si ella queda embarazada de ese perro? -, preguntó Lilibeth.

¡¡¡No, eso no!!! Yo no podía concebir que “Osita” se embarazara de cualquiera. Ella era toda una “damita.”

En ese momento, mamá entró para traernos Sándwiches “triples”, tipo Perú, con pan, sal, mayonesa, a la que se le añade palta (ó “aguacate”), tomate y huevo duro… hummm… qué rico… ya se me antojó comer uno. A María Lynette si le gustaba comer “Sándwiches triples” pero, Sara Parlova no se le hacía ninguna gracia comer sándwiches con “aguacate” ó palta… Incluso, Sara Parlova quería darle unas migajas a “Osita”, pero, yo me rehusé.

"¡¡¡Es que no me gusta el aguacate!!!", exclamó Sara Parlova, diciendo que no le gustaba la palta. 

Así que, entonces, llamé a la sirvienta para llevar a “Osita” al patio. Y comenzamos a conversar mientras comíamos los “sándwiches.”

-Oiga, Rosita, yo creo que a usted también le gusta Mauro. -, dijo Lilibeth.
-No, para nada, ¿Por qué lo dice? -, le respondí.
-¡¡¡Bah!!! ¡¡¡Nosotras nos dimos cuenta como usted lo miraba y él la miraba como bobo!!!-, dijo Lilibeth.

Entonces, le dije a Sara Parlova que le gustaba el profesor de Matemáticas.

-Si, claro. Me gusta el profesor Bobby. -, dijo Sara Parlova. 
-Pero, Rosita, a mi me parece que Mauro es un buen partido para usted, Rosita. -, dijo Lilibeth.

Y yo le dije a Lilibeth que Tony era un buen partido, también.

-Es un buen chico, pero, no es mi tipo. -, dijo Lilibeth.
-Oiga, María Lynette, ¿Por qué tan callada? ¿Hay algún chico que le guste? -, preguntó Sara Parlova.
-Yo creo que a María Lynette le gusta Tuto Cuadros, el locutor. -, dijo Lilibeth.

Lilibeth y yo nos quedamos impresionadas con la afirmación. María Lynette mira a Lilibeth con desmedida rabia.

- ¿No han visto como se puso cuando escuchó su voz?, dijo Sara Parlova.
-Ejem… solo me gusta su voz… ¡¡¡Es que esos locutores tienen una voz bonita, pero, en realidad, son muy feos…!!!-, dijo María Lynette.
-No es feo. Lo he visto en TV y la verdad, no está mal. Se parece al guapo de “Automan”, ¿Han visto esa serie? Es de mis favoritas. -, dijo Lilibeth.
-Si, la he visto. También, es mi serie favorita. Pero, el locutor es un amor imposible. ¿Seguimos comiendo? -, dijo María Lynette.

Y así seguimos comiendo de la hora del “lonche”, perdón, “las onces,” y, después, entramos a la sala para escuchar música, mientras nos traían a “Osita” para seguirle haciéndole cariños. Y rato después, se apareció Susy, la coqueta vecina de al lado, vistiendo su uniforme escolar. Nos pusimos a cantar algunas canciones, “a capella”, despertando la admiración de Susy y “Osita”:

“Chicas de hoy/ débiles ó fuertes/ chicas de hoy/ todas diferentes…

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De esta manera, pasaban los días, y entre tareas, libros, cuadernos, pizarras y tizas, pues, continuaba la jornada escolar. Los días siguientes, me recogía el bus escolar. Los estudiantes de grados superiores, sentados al fondo, me pedían que me sentara con ellos. Pero, yo prefería sentarme al lado de María Lynette. 

Como todos los días, Tony había traído su guitarra para realizar un mini-concierto... ¡¡¡En pleno bus escolar!!! Y los docentes no les llamaban la atención… incluso, ¡¡¡Los docentes les pedían canciones!!! ¡¡¡Jajajajajajajaja!!! Mauro y Tony cantaron en dúo, “Ay Amor”, una canción a ritmo de merengue que estaba de moda en esa época:

“Si fuera posible amarrar/ tenerte siempre cerca/ poderte controlar/ saber cada paso que das/ … / ay, amor como inmenso es el mar.”

Tony le entregó la guitarra a María Lynette. 

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Entonces, María Lynette se animó a interpretar una canción de Los Iracundos:

“Porque se ocupan tanto de mí/ Yo quiero que me dejen sufrir/ Llorando el gran amor que te di/ Así quiero vivir…” 

María Lynette siempre cantaba esa canción con suma melancolía. Siempre pensé que le hacía recordar alguna desilusión, pero, ella nunca quiso contarme la verdad. Ella solo me decía que le gustaba la canción.

-¡¡¡Qué lindo cantas, María Lynette!!! ¿Nunca has pensado dedicarte al canto? -, exclamó Tony.
-No, yo solo canto como “hobby” … jejejejeje… pero, aquí, Rosita canta muy lindo. -, exclamó María Lynette.
- ¿Como? ¿Y por qué la peruanita nos canta una canción? Quizás, conozca alguna canción de Perú. -, dijo Mauro. 

Pero, en ese momento, Mauro pidió prestada la guitarra y, de pronto, tocó una popular canción. De pronto, respiré hondo, y canté la canción de la telenovela “Carmín”:


“Al fin comienza la vida, esto es lo que yo esperaba/ Hoy todo es diferente, mas lindo, mas fácil/ Como lo soñaba, voy a salir a buscar/ Una nueva ilusión, una bella aventura

Y así, entre cantos, risas, paradas, y bromas, la ruta del bus escolar continuaba, hasta llegar al recinto escolar.

En el colegio, Sara Parlova seguía en su sueño imposible con el profesor Bobby, mientras que Mauro seguía cortejando a Lilibeth, pero, ella no le hacía caso. Tony trataba de acercarse a mí cada vez que había trabajo en grupo, pero, yo prefería sentarme con María Lynette.


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Pero, un día, decidimos no ir al colegio… no había nada interesante y juntas nos reunimos en “Metrópolis”, un Centro Comercial que recién inauguraron en la Ciudad, y era la sensación. Caminábamos por las tiendas de ropa, viendo los últimos modelos. De pronto, nos acercamos a una tienda de música, donde promocionaban el último disco de María Conchita Alonso.

“El amor que a mí me daba, es poco lo que te di/ me conformo con creer que soy feliz…” 

Sara Parlova se emocionó con su canción favorita y es cuando en ese momento, nos encontramos con el profesor Bobby. ¿Y que hacía el profesor Bobby aquí?

- ¿No se han dado cuenta? -, exclamó el profesor, -¡¡¡Todo el colegio sabe que ustedes se escapan de clase para irse a “Metrópolis”!!! Bueno, señoritas, ustedes están en clase y deben volver…
-Ay, profe, no sea malito… ¡¡¡No le diga a nadie que nos vio!!!-, dijo Sara Parlova.
-¡¡¡No, no, y no!!! ¿Qué dirán sus padres si se enteran lo que ustedes van a hacer? -, respondió el profesor.

Le dimos di la razón al profesor y por eso, decidimos devolcernos al colegio.

Entonces, el profesor nos llevó en su auto de regreso al colegio. Durante el trayecto, Sara Parlova cruzó sus lindas y torneadas piernas mientras le hacía un gesto coqueto, provocando que el profesor pierda el control de timón… ¡¡¡Señorita!!! ¡¡¡Por favor, déjeme tranquilo que no me deja manejar!!!

Sara Parlova se disculpó, no sin antes volverle a guiñar el ojo al tímido profesor. Nos regañaron, pero, no nos aplicaron ninguna sanción disciplinaria. Pero, nos advirtieron que la próxima vez, nos prohíban ir de viaje de excursión… ¡¡¡Oh, no!!! ¡¡¡Eso no sería justo!!! ¡¡¡No podemos perdernos de la excursión!!! A partir de entonces, nosotras acordamos no escaparnos de clase.

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Pero, en un rincón del colegio, Sara Parlova acorraló al profesor Bobby para seducirlo y besarlo. El profesor trataba de zafarse de la coqueta colegiala, pero, ella lo abrazó fuertemente y lo besó. El profesor terminó cediendo ante los besos y caricias de la bellísima Sara Parlova. En ese momento, María Lynette los sorprendió: 

“¡¡¡Epa!!! ¡¡¡Qué está haciendo usted, Sara Parlova!!!!"

El profesor reaccionó y se retiró de la presencia de María Lynette y Sara Parlova. Sara Parlova miró a María Lynette con mucha rabia.

- ¿Cómo se le ocurre jugar con fuego, Sara Parlova?
-¡¡¡Y usted, María Lynette, porque tiene que meterse en lo que no le conviene en tus asuntos, metiche!!!
-¡¡¡Yo no estoy metiche, respete usted, “gomelita” de quinta!!!
-¡¡¡Yo no soy ninguna “gomela”!!!

Sara Parlova y María Lynette amenazaban con pelease, pero, en ese momento, intervine y con la ayuda de la profesora de Química, pudimos separarlas. ¡¡¡No peleen!!! ¡¡¡Compórtense como muchachas decentes!!!

La profesora les pregunta la razón de la pelea. Sara Parlova miraba furiosa a María Lynette. Pero, María Lynette respondió que discutían por la telenovela de la noche. Sara Parlova estaba atónita por la respuesta de María Lynette. Entonces, ellas hablaron a solas.

- Qué pasa, María Lynette, ¿Por qué usted le dijo eso a Rosita y la profesora? Usted sabe que eso no es verdad.
-No quería meterla en más problemas con usted y le profesor. Además, no quería que Rosita se desilusionara de usted. Ella la estima mucho a usted, Sara Parlova.
-Yo también estimo a Rosita… ¡¡¡Qué ilusa he sido!!! ¡¡¡En qué estaba pensando!!! Bueno, gracias, María Lynette. Es usted una buena persona.

Sara Parlova le extiendió la mano a María Lynette. María Lynette le recibió la mano y juntas se reconciliaron. Yo nunca me enteré de ese diálogo entre ellas, pero, lo cierto era que a partir de entonces, María Lynette y Sara Parlova se hicieron muy amigas. Pero, Sara Parlova todavía seguía ilusionada en el profesor Bobby.

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Un fin de semana, decidimos irnos a Unicentro para ir al cine, cuando de pronto, nos acordamos de que no teníamos dinero para tomar la “buseta” (como dicen en Bogotá al “microbus”) ¡¡¡Oh, no!!! ¡¡¡Y ahora que hacemos para ir!!! 

Entonces, María Lynette nos convenció cantar en la “buseta” … ¿Cantar en el “micro”? No, pues, qué oso, qué ridículo. Pero, no, María Lynette nos dijo que si, es cierto, es buena idea. Entonces, paramos un “micro,” una “buseta”, un autobús pequeño. Sara Parlova le habló con mucha educación, pero, el conductor siguió de largo. En ese momento, intervino María Lynette.

“¡¡¡No, pues, “gomelita”, tienes que decirlo más… ejem… efusivamente!!!”, explicó María Lynette.

Entonces, pararon otra “buseta” y María Lynette habló en tono “ñero.” ¿Una cantadita? Y nos subimos al “micro”, a la “buseta.” Entonces, después de un largo discurso, declamado por María Lynette, interpretamos “Chicas de Hoy” de Tatiana, porque consideramos que la letra reflejaba nuestra personalidad.

“Chicas de hoy/ débiles ó fuertes/ chicas de hoy/ todas diferentes..." 

Nos aplaudieron. ¡¡¡Magnifico, magnífico!!! Y pasamos por los puestos para recibir nuestra propina. Sara Parlova les guiñaba a los pasajeros cada vez que recibía la propina, logrando que ellos suspiraban por ella. Un pasajero nos preguntó por el nombre del grupo. Fué entonces que Susy respondió que nos llamamos las magníficas.

Y así, fue que nacieron las magníficas. A partir de ese momento, comenzamos a cantar en los autobuses para recolectar plata para la Excursión de Fin de Año. Esta vez, María Lynette nos acompañó con la guitarra. Nuestro repertorio era básicamente el mismo: “Las Puertas del Olvido” (María Lynette era primera voz), “O ella, ó yo” (Sara Parlova, primera voz), “Alone” (Lilibeth, primera voz) y rematábamos con “Chicas de Hoy” …

-Y usted, Rosita, ¿Qué canción va a cantar? -, exclamó María Parlova.
-¡¡¡Cántese una del Perú!!!-, exclamó María Lynette.

¡¡¡Otra vez!!! Ellas volvían a hablarme de usted, pero, ya estaba acostumbrada. Entonces, yo volví a cantar la canción de la telenovela “Carmín”:

“Al fin comienza la vida, esto es lo que yo esperaba/ Hoy todo es diferente, mas lindo, mas fácil/ Como lo soñaba, voy a salir a buscar/ Una nueva ilusión, una bella aventura.”

Susy era la quinta integrante y nos acompañaba, a veces, con los coros y las maracas. Pero, nuestro repertorio era variado, tocábamos de todo. Una vez, unos pasajeros nos pidieron una canción de “Las Hermanitas Calle”, dúo popular colombiano. Lilibeth y Sara Parlova se morían de vergüenza…. ¡¡Ay, qué “oso”, qué vergüenza!!! Pero, el público había que comprenderlo. María Lynette improvisó “La cuchilla”:


“Si no me querés te corto la cara/ Con una cuchilla de esas de afeitaaaar/ El día de la boda te doy puñaladas/ Te arranco el ombligo y mato a tu mamá.”

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Todas las tardes, después de la jornada escolar, nos reuníamos en mi casa para practicar nuestro repertorio musical… y después de terminar nuestras tareas. Pero, mi sobreprotector padre ni siquiera sabía que cantaba en los “micros” particulares… y ensayábamos “La Cuchilla” a pesar de que María Lynette y Sara Parlova se avergonzaban por la canción, por considerarla, muy arrabalera. 

Pero, Tony y Mauro nos vieron una vez cantar el bus y por eso, nos propusieron
grabar un casete con nuestras voces y poner las copias a las ventas. Esta vez, Tony y Mauro nos acompañaron con otros instrumentos. Susy nos acompañó en algunas sesiones… ¿Susy? ¿Te llamas Susana?, inquirieron los muchachos. En ese momento, era inevitable no hacer comparaciones con la famosa canción del cantante colombiano Fausto:

“Susana… Susana… Susana… estoy loco por tu amor.”

Susy estallaba furiosa… ¡¡¡Ella odiaba esa canción!!! Pero, era inevitable no dedicársela.

Así, Tony tocó su sintetizador, con Mauro en batería y percusión, comenzamos a cantar “Susana”, el éxito de Fausto…


“Busqué la música mas tierna y el salón a media luz/ El champan en la nevera y a mi lado estabas tu/ Cerré la puerta y por fin estamos solos los dos/ Susana, Susana, Susana, estoy loco por tu amor.

“Osita” nos acompañó en algunas partes… ¡¡¡A ella le gustaba esa canción!! ¡¡¡Jajajajajaja!!! De pronto, a Lilibeth se le ocurrió grabar la sesión en video… ¡¡¡Y rematamos con “La Cuchilla” de Hermanitas Calle!!!

El casete lo vendimos a nuestros amigos, familiares y pasajeros de los buses. Nos iba bien. Recolectamos mucho dinero para el viaje de excursión.

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Meses después…


Nos llegó la visita del Cometa Halley que cada 72 años atravesaba por la órbita de la tierra. Las chicas y yo no podíamos perdernos ese acontecimiento, pero, hubo un problema: ¿Cómo ver el cometa? La ciudad era muy contaminada que no podía vernos a simple vista. Hasta que, un día, el profesor Bobby nos dijo en plena clase que el Cometa está por pasar cerca de la Tierra… y que podía verse a simple vista. Entonces, esa noche, las chicas, Susy y yo nos reunimos en mi casa para ver el famoso Cometa.

-¡¡¡…y no viene el famoso cometa!!! ¿No creen que el profesor se equivocó? -, exclamó María Lynette.
-Eso creo… el cometa podría verse en el campo, pero, en la ciudad… es difícil…-, dijo Lilibeth.
¡¡¡Vamos, no sean pesimistas!!! ¡¡¡El cometa Halley va a venir, ya verán!!!-, dijo Sara Parlova.
- ¿Y qué deseo le pedimos al cometa si pasa? -, preguntó Susy.
-¡¡¡Pues, pidamos por la paz mundial!!!-, respondió Sara Parlova.
-¡¡¡Bah!!! ¡¡¡NI que fuéramos reinas de belleza!!!-, exclamó María Lynette.

Pero, en ese mismo instante, “Osita” ladró insistentemente hacia el cielo. Y levantamos la cabeza hacia el cielo y pudimos ver al famoso Cometa Halley. ¡¡¡El profesor tenía razón!!! ¡¡¡Pudimos ser testigo de ver el Cometa y sin necesidad de usar telescopio!!! Y pedimos nuestros deseos. ¿Saben que deseo le pedimos al cometa? Pedimos que, pase lo que pase, nunca nos separaríamos. 

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Meses después, el Papa Juan Pablo II visitaba Bogotá. Hasta ese momento, era el segundo Pontífice en visitar el país, y había mucha ilusión y expectativa por su visita. También, en mi opinión, era un Papa muy querido y carismático entre los fieles católicos que buscaban, por todos los medios, para poder estar cerca suyo. Sara Parlova aseguró que debíamos cantar frente al Papa. Buena, idea, opinábamos, entre todas. Pero ¿Cómo podemos ver al Papa en persona? Había un operativo de seguridad que impedía que pudiéramos verlo.

En ese momento, el profesor Bobby afirmó que nos podía ayudar, porque tenía un amigo que era parte del comité para la visita Papal y podía ayudarnos. Entonces, gracias a la colaboración de Bobby, nosotras ensayábamos para la visita Papal. Pero…

-¡¡¡De ninguna manera!!! ¡¡¡Ese lugar es muy peligroso!!!-, exclamó papá.
-Vamos, señor, no va a pasar nada. No le va a pasar nada a Rosita-, intervino María Lynette.
-Lo siento, María Lynette. Rosita es nuestra única hija, y no queremos que te pase nada malo. -, dijo mamá. 

En ese momento, intervino Susy, la vecina, que entró a casa, sin pedir permiso. Mamá le abrió la puerta.

- ¿Tan malo como cantar en la “buseta”? -, dijo Susy, en tono irónico.
-¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡Ellos no deben saber nada!!!-, le respondí, dándole una palmada en su cabeza… ¡¡¡Auch!!!
- ¿Y qué tiene de malo que cantes en la “buseta”? ¡¡¡Yo también canto en la banda!!! ¿No se acuerdan? -, respondió Susy.

En ese momento, papá y mamá se enteraron que yo cantaba en el “micro.”

-¡¡¡No puede ser!!! ¡¡¡Mi hija, una señorita decente y refinada, cantando en el “micro"!!! ¡¡¡Qué vergüenza!!! ¡¡¡Qué dirán nuestras amistades!!!-, intervino papá.
-Vamos, señor, no pasa nada. Estamos entre amigas… y bueno, con Susy. -, intervino María Lynette.
-¡¡¡Peor todavía!!!-, exclamó papá.


Pero, no se como, entre Susy, María Lynette y yo pudimos convencer a papá y mamá de ir a ver al Papa.

- ¿Y como, entonces, van a ver al Papa? ¡¡¡Tengo entendido que es difícil verlo por la seguridad!!!-, dijo mamá.
-El profesor tiene un amigo que nos puede ayudar… vamos, papi, mami, no va a pasar nada. -, respondió María Lynette.
-Claro, si Rosita está con nosotras… no va a pasar nada. -, intervino Susy.

Papá lo pensó un rato, pero, al vernos felices y contentas, pues, no le quedó más remedio que aceptar la propuesta. No sin antes advertirnos de los peligros que pudieran acontecer… y que no vuelva a cantar en los “micros.” Yo abracé fuertemente a papá y mamá. Entonces, comenzamos a ensayar para la visita Papal. Pero, esta vez, no podíamos cantar las canciones de nuestro repertorio, teníamos que cantar música, más espiritual, para la ocasión. Y ensayamos otro tipo de canciones.

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Pero, cuando llegamos a la Capilla donde se presentaba el Papa Juan Pablo II, pues, el Guardia de Seguridad no nos dejó ingresar por no estar en la lista de invitados. María Lynette vino acompañada de su guitarra, mientras que nosotras llevábamos panderetas y maracas para la ocasión. Le dijimos que íbamos por invitación de un amigo del profesor Bobby, pero, el Guardia no lo conocía y no nos podía entrar. 

Entonces, Sara Parlova haciendo gala de su coquetería comenzó a seducir y guiñar el ojo al Guardia… y las demás, también empezamos a guiñar el ojo a los Guardias. Ellos se pusieron nerviosos y nos dejaron ingresar. Nos vieron otros Guardias de Seguridad, pero, nosotras comenzamos a correr para evitar que nos alcancen, y de pronto, finalmente, llegamos a nuestro objetivo. 

¡¡¡Estábamos frente a frente al Papa Juan Pablo II!!! Sin duda, tenía una mirada de ser buena persona, carismático y tierno. Nos presentamos… Su Santidad… nosotras somos “Las Magníficas” y queremos cantar para usted. Un guardia nos dijo que no estábamos en la lista. 

“De ninguna manera, déjenlas, yo quiero escucharlas cantar… Canten, hijas mías.”

Sara Parlova le guiñó el ojo al Papa. El Pontífice nos dio la bendición y, entonces, con la bendición del Papa, María Lynette comenzó los primeros acordes de su guitarra e interpretamos las canciones que preparamos para la ocasión. Solo nos dejaron cantar “Chicas de Hoy” de Tatiana. El Papa se deleitó con la interpretación y nos volvió a dar la bendición. Sara Parlova volvió a guiñarle el ojo al Pontífice. El Papa nos dio su bendición.

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Este año, también, estábamos disfrutando del campeonato mundial de fútbol en México. Pensar que ese Mundial se pudo haber realizado en Colombia, pero, años atrás, el presidente de Colombia no permitió su realización. Creo que hizo una buena elección, ya que la situación económica no era la apropiada para un evento de esa envergadura. Igual, el campeonato se realizó en México, a pesar de que meses atrás, hubo un terrible sismo que casi destruyó Ciudad de México. El equipo peruano no clasificó… un gol en minutos finales eliminó al equipo del Mundial… el equipo colombiano tampoco clasificó, así pues, con la ausencia de los equipos de Colombia y Perú, pues, apoyamos a los representantes latinoamericanos: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y México. 

En los recreos, nos reuníamos con otros compañeros para cambiar láminas autoadhesivas del álbum del Mundial. Bueno, yo era la única. Ni Lilibeth y ni María Lynette les gustaba intercambiar láminas del álbum del Mundial. Sara Parlova solo miraba las láminas si había algún jugador buenmozo.

En el recreo, buscaba por compañeros que tenían figuras repetidas para intercambiar. ¿Alguien tiene figuras repetidas? Se aparecieron Tony y Mauro.

-A ver, cambio estas "monas" con usted, Rosita.-, respondió.

¿Monas? Pues, asi llamaban Tony y Mauro a las láminas del álbum del mundial. También, les decían "caramelos." Entonces, comenzó el intercambio de figuritas. Le pedí si tenía láminas del equipo de Brasil.. no tenían... estaban dificiles de encontrar... pero, tenían al "Pato" Aguilera del equipo uruguayo... a mi me tocaban varias láminas de ese jugador... ¡¡Ni que estuviera guapo!! Seguía el intercambio... les respondía "yala"...

¿Yala?, preguntaban Tony y Mauro. Quería decir "ya la tengo." Y seguia el intercambio. Respondía "nola"... ¿Nola?, preguntaban Tony y Mauro. Quería decir "no la tengo." Ese intercambio de láminas me unió más a Tony y Mauro.

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Y por supuesto, no nos perdíamos de los partidos de fútbol. Un fin de semana, papá, mamá y yo nos reunimos en casa de la familia de María Lynette para ver los partidos de fútbol. A primera hora jugaban Brasil con el equipo de Francia y el partido de fondo, jugaban México con el equipo de Alemania. El primer partido estuvo vibrante con emociones a ambos lados, pero, el segundo era aburrición total. Ambos partidos se fueron a tiempo extra y a la definición de tiros desde el punto penal. En ambos casos, los equipos latinoamericanos perdieron la definición.

-Oiga, Rosita, mañana juega Argentina, ¿Nos reunimos a ver el partido?-, me preguntó Maria Lynette. 

Otra vez, María Lynette hablándome de “usted”, pero, ya estaba acostumbrada. 

-No, gracias, María Lynette, prefiero verlo en casa… ¡¡¡Además, tú estás “salada”!!! ¡¡¡Siempre pierden los equipos latinoamericanos!!!
-No, Rosita, lo que pasa es que usted tiene “mala espalda” … ya verá que mañana, gana Argentina. -, sentenció María Lynette.

Así pues, al día siguiente, Argentina jugaba su partido contra Inglaterra. El equipo de Argentina ganó 2 a 1 con dos goles de su astro Diego Armando Maradona. María Lynette me llamó una vez terminado el partido.

- ¿Vio, Rosita? Yo sabía que iba a ganar Argentina. ¡¡¡Pero, el primer gol lo hizo con la mano!!! ¡¡¡Lo vi en la repetición!!!
-Así es, se le pasó al árbitro… ¡¡¡Pero, qué golazo fue el segundo!!! ¡¡¡Ese Maradona es todo un “crack”!!!
- ¿Y, usted, no se ha dado cuenta que Maradona no es feo?-, respondió María Lynette.

- ¿De qué hablas, María Lynette? A poco le gusta Maradona…
-No es mi tipo… pero, la verdad, es un buen jugador.

Al final, Argentina salió campeón del torneo y la Copa se quedó en América.


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Comenzaron las vacaciones de mitad de año, y la verdad, la pasé en casa. María Lynette se hospedó en casa y nos quedábamos viendo películas alquiladas en VHS… y algunas telenovelas.


María Lynette y yo nos enguachábamos a una telenovela llamada “Cristal,” que la transmitían en las tardes y la veíamos con mi mamá en la sala. María Lynette le gustaba “remedar”, ó imitar, la manera de hablar de los actores de la telenovela... 

“¡¡¡Oye, chamo, vamos a ver “Cristal”!!!

Aunque la verdad, María Lynette la veía por ver a “José Alfredo”, el galán de la telenovela.

-¡¡¡Qué pasa, Chamo, su nombre es “Luis Alfredo” y está guapísimo!!!-, exclamó María Lynette.
-¡¡¡Uy, pero, a mi me gustaba el que hace de bombero!!!-, exclamó Susy, que también, se reunía a ver la telenovela.
-Si… también está bueno. Y usted, ¿Qué opina, Rosita? -, dice María Lynette.
-Shhh…. ¿Pueden callarse? Estamos viendo la telenovela.-, exclamó mamá.

Así púes, seguíamos viendo las intrigas de Cristal, una huérfana que va a modelar en una casa de modas… dirigida por su madre biológica y que la abandonó al nacer… ¡¡¡Menudo culebrón!!! Y, al final, nos quedábamos viendo los créditos para escuchar y tararea la canción principal, “Mi vida eres tú” interpretada por Rudy La Scala:

“Mi vida eres tú y solamente tú/ Tratando de explicar, su mano le tomé y la empecé a besar/ Mi vida eres tú y solamente tú/ Abrázame y verás, que aún en nuestro ser, hay fuego que apagar.”

Entonces, las chicas y yo nos fuimos para la tienda de discos y compramos “Mi vida eres tú”, en 45, y lo escuchábamos todos los días y en todo lugar. Y la incorporamos en nuestro repertorio musical.


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Por supuesto, no podían faltar nuestros paseos de fin de semana, por los pueblos en las afueras de Bogotá, donde almorzábamos en los restaurantes de la carretera… “mazorca asada” (choclo a la parrilla), carne y por supuesto, “papas saladas”, aunque a mamá no le gustaba la idea de comer papa con cáscara. María Lynette nos acompañaba en el paseo, mientras que Susy cuidaba a “Osita” en casa.

Durante el paseo, mirábamos el verde paisaje de la sábana de Bogotá, con sus ríos, qubradas y las montañas cubiertas de verde, por la vegetación… ¡¡¡Parecía todo un sueño!!! Y escuchábamos “La Huesera de TV”, una popular canción bailable colombiana, en la radio del auto de papá y que hacía alusión a la telenovela del momento, “Los Cuervos,” donde hasta hacía su crítica al alargue innecesario.

-Eso es verdad, lo que dice la canción… ¡¡¡La telenovela se está poniendo “cansona”, con tanto alargue!!!-, exclamó María Lynette.
-¿Qué les parece si pasamos por “Casa Loma”?-, preguntó la mamá. 

María Lynette y yo aceptamos pasar por la casa que se utilizó para los exteriores de la telenovela. “Los Cuervos,” la teleserie del momento en Colombia… ¡¡¡Nadie se la perdía!!! Mi familia y yo tampoco y estábamos pendientes por las intrigas y bajas pasiones que sucedían en la mansión “Casa Loma.” Y nos tomábamos fotos en la afuera de la casa. 

“La verdad yo no veo telenovelas.”, exclamó el papá.

Pero, mamá le recalcó que no se perdía de un capítulo de una telenovela de unas hermanas, ambientada en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Mi papá admitió no perderse de esa telenovela… porque las hermanas estaban muy guapas... ¡¡¡Jajajajajajaja!!! Aún así, las telenovelas colombianas me sorprendieron mucho con su “originalidad”.

Eran otros tiempos, todavía no había llegado la “perubólica”, como llamaban a la televisión internacional que llegaba a Bogotá en los 1990s. Y las señales, de antenas parabólicas, eran de muchos canales directamente del Perú. Pero, eso fue hace mucho tiempo. En ese tiempo, 1986, lo único que YO veía de televisión peruana eran los videos de Betamax que nos llegaban desde Lima, Perú.

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De regreso a clases, después de un breve periodo de vacaciones, a la hora de salida, las chicas y yo notamos notamos que Lilibeth estaba ansiosa esperando a alguien.

- ¿Estás esperando a alguien, Lilibeth? -, preguntó María Lynette.
-¡¡¡Ay amigas, no les dije antes…!!! ¡¡¡Pero, tengo novio!!!-, exclamó Lilibeth.

Todas nos quedamos atónitas. ¿Lilibeth tenía novio? ¿Era alguien que nosotras conocíamos? Lilibeth nos contó de Juan Gustavo, un chico que lo conoció en un bazar hace unos días. Entonces, ese momento, un auto deportivo “Corvette” se estacionó en la puerta del Colegio. Lilibeth corrió para abrazar y besar al conductor.

Saludamos al chico. La verdad, no estaba mal. Se parecía a uno de esos galanes de telenovelas norteamericanas como “Dallas” ó “Dinastía,” siempre fino, arreglado y elegante.

“Bueno, chicas, las dejo. No puedo invitarlas a llevar, pero, no hay espacio para ustedes en el auto. Pero, quedamos en vernos otro día, ¿Está bien?”

Lilibeth se subió al auto de su novio y se perdió de la vista de nosotras. María Lynette y yo nos subimos al bus escolar, donde nos reunimos con Mauro y Tony. Sara Parlova se subió al auto del Profesor Bobby.

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Desde que consiguió a su novio, Lilibeth ya no frecuentaba con nosotras. Ya no asistía a los ensayos del grupo musical con nosotras, ni nos reuníamos para ir al cine, ver películas en Betamax, ó hacer las tareas. Pero, lo cierto es que nuestra prioridad eran nuestros estudios… y el examen del “ICFES”. 

El “ICFES” era el examen de aptitud académica que el gobierno colombiano organizaba para los estudiantes de Grado Once (bueno, hoy todavía se realiza). Pero, ninguna de nuestras amigas, les tocó el examen en el lugar que me asignaron. Pero, la noche anterior, se apareció Mauro en mi casa, en la hora de la cena. Mis padres conocían a Mauro. A Mauro le tocaba, también, tomar el examen del “ICFES” en el Instituto “Camilo Torres.”

Pero, papá no soportaba la idea que un chico me acompañe a tomar el examen. Así que ese día, papá estaba esperando afuera del lugar… siempre atento. Pero, Mauro era buen chico y sería incapaz de hacerme daño.

Mauro se despidió de mis padres y se retiró de la casa. 

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Fuera de la casa, él se encontró con Susy. Ella vestía una atrevida minifalda mientras se hacía rulos en su cabello. Susy le guiño el ojo a Mauro, pero, él no le hizo caso.

-Qu´hubo, Mauro, ¿Qué hacías en casa de la peruanita? -, preguntó Susy, coqueta.
-Rosita y yo coordinamos la ida para tomar el examen del “ICFES.”-, respondió Mauro, indiferente.
-¡¡¡Uy, si, y a mi me va a tocar tomarlo el próximo año!!! Me cuentan, ¿Okay? Oye, ¿Te gusta Rosita?
-Rosita y yo somos compañeros de estudio… y buenos amigos.
-Pues, yo he visto como intercambian miradas… ¿Te gusta?
-Esto es algo que no te incumbe. Permiso. Adiós.

Mauro se retiró de la presencia de Susy.

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Esa noche, yo soñaba que era parte de la telenovela “Cristal”. Yo era Cristina y Mauro era Luis Alfredo, mientras sonaba la canción: 

“Mi vida eres tú y solamente tú/ Tratando de explicar, su mano le tomé y la empecé a besar/ Mi vida eres tú y solamente tú/ Abrázame y verás, que aún en nuestro ser, hay fuego que apagar.”

¡¡¡Epa!!! ¿Qué me está pasando a mí? ¡¡¡Esto no me puede estar pasando!!! ¡¡¡Mauro era solo un amigo!!!

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Al día siguiente, mi padre recogió a Mauro para llevarnos al instituto “Camilo Torres” para tomar el examen del “ICFES.” En el recinto, había estudiantes de diferentes colegios de la Ciudad, estratos sociales, todos reunidos y ansiosos por el examen que determinaría sus vidas futuras. Me tocó en un salón diferente, pero, en los momentos descanso, me reunía con Mauro en un Cafetería cercana. Yo comentaba de lo difícil que estaban las preguntas.

-¡¡¡Bah!!! ¡¡¡No estaban tan difíciles, claro, si estudiaste con juicio!!!-, respondió Mauro.
-Pues, si, es verdad. Gracias por la compañía. Oh, allí está mi papá… nos está viendo… ¿Cuándo nos dejará en paz?
-Es tu padre. Se preocupa por ti.
-¡¡¡Pero, ya no soy una niñita!!! ¡¡¡Uf!!!

Pero, de pronto, yo desvío la mirada hacia Juan Gustavo, que venía acompañado de otra muchacha, qué no era Lilibeth. Mauro también vió a Juan Gustavo con la muchacha y decidimos retirarnos al recinto para el resto de las pruebas del examen.

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Saliendo del éxamen, Mauro me proponía salir un rato al cine.

"Ejem... Rosita venga acá... es hora de irnos."

Le dije si podía salir con Mauro, pero, papá no aceptó y me ordenó ingresar al auto. Me despedí de Mauro. Me envalentoné con mis padres, porque no me dejan salir sola... solo podría salir con las chicas, pero, con un chico no podía salir... ¿Qué les pasa? Pero, ellos me decían que solo lo hacían para cuidarnos ya que la vida está llena de peligros. En ese momento, no los entendía, pero, el tiempo me ha dado la razón.

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Dias después, cuando finalmente, mis padres me dieron permiso para salir con Mauro (bueno, estaba María Lynette, también), nosostros vimos a Juan Gustavo acompañado de otra muchacha. Entonces, avisamos a Lilibeth en la hora del recreo.

-¡¡¡Mienten, ustedes me mienten!!! ¡¡¡Juan Gustavo sería incapaz de hacerme una cosa así!!!-, exclamó Lilibeth.
-Es la verdad, Rosita, Mauro y yo vimos a Juan Gustavo con otra muchacha. -, respondió María Lynette.
-¿Y no han pensado que podría ser un familiar?-, inquirió Lilibeth. 

Les dije que venían muy tomados de la mano… e intercambiaban miradas coquetas. 

-¡¡¡Me niego a negarlo!!! ¡¡¡Juan Gustavo me quiere mucho y ustedes solo quieren hacerme sentir mal!!! ¡¡¡Sé qu siempre me han tenido envidia por que sé inglés y ustedes no…!!!-, exclamó Lilibeth.

Las palabras de Lilibeth afectaron mi sensibilidad. Ella era mi amiga y la quería mucho y estaba, lo de la banda musical.

-¿Una banda? Pues, ya no quiero pertenecer a la banda… ¡¡¡Renuncio!!!-, exclamó Lilibeth.

Lilibeth nos dio la media vuelta y se retiró de nuestra presencia. Yo, me quedé atónita por la reacción de Lilibeth, mientras que Mauro me abrazó fuertemente para consolarme. Volvió a sonar la canción de “Cristal.”

“Mi vida eres tú y solamente tú/ Tratando de explicar, su mano le tomé y la empecé a besar/ Mi vida eres tú y solamente tú/ Abrázame y verás, que aún en nuestro ser, hay fuego que apagar.”

Pero, sentí que su abrazo era algo más que un consuelo, y decidí retirarme de su presencia y reunirme con María Lynette y Sara Parlova, para comentarles de la renuncia de Lilibeth.

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Ya, sin Lilibeth, las chicas de la continúanos con nuestros conciertos. Susy nos acompañaba en algunas presentaciones, cantando en Kermesses (“Bazares”), actuaciones escolares y reuniones privadas. Pero, sentíamos la ausencia de Lilibeth apenas nos pedían por canciones en inglés. Ninguna sabía cantar en inglés. Y una noche, cuando nos pidieron algo de “rock”, pues, tuve que interpretar "Ya no puedo más", interpretada por Lorenzo Toppano, que tenía una tonada algo "rockera."

“¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!! ¡¡¡Ya no puedo más!!! ¡¡¡No lo puedo soportar!!! ¡¡¡Yo quiero todo mi amor, solo para ti!!!”

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Y, finalmente, llegó el día de la excursión de fin de año. Esta vez, elegimos viajar a Cartagena y San Andrés, dos lugares en la Costa Atlántica colombiana. Pero, el dinero de los boletos y hospedaje no pudimos pagarlos con la plata de los conciertos… y fueron nuestros padres quienes pagaron los gastos.

Lilibeth prefería estar con su “enamorado” Juan Gustavo y hasta lo invitó a la excursión de fin de año, en Cartagena y San Andrés.

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Era la primera vez que conocía Cartagena y San Andrés. Mis padres me dieron permiso solo con la condición de que estuviera siempre al lado de María Lynette y Sara Parlova, aunque ella sentía la ausencia del profesor Bobby que no pudo acompañarnos en la excursión de fin de año.

En Cartagena estuvimos tres días. Nos hospedamos en un Hotel en el sector de Bocagrande, uno de los más prestigiosos de la zona turística. La comida del Hotel estaba regular, por eso, aprovechamos para salir a comer a algún restaurante… pero, todo estaba carísimo. 

Aún así, Mauro y Tony se ofrecieron a invitarnos algunos platillos de la gastronomía de la Zona Caribe colombiana donde Socorro… pescado entero, con arroz con coco y patacón. ¡¡¡No salió carísimo!!! Y nos quedó más remedio que hacer “perro muerto”, mejor dicho… salirnos sin pagar la cuenta… pero, nos descubrieron y nos hicieron lavar los platos.

Al día siguiente, hicimos un tour en un bus turístico, donde conocimos la ciudad amurallada y el Castillo de San Felipe. Nos tomamos varias fotos juntas, en compañía de Tony y Mauro, quienes se portaron muy amorosos con nosotras. Incluso, improvisamos un mini-concierto en compañía de unos músicos callejeros que estaban por la ciudad amurallada.

Pero, Lilibeth que siempre estaba distante… siempre acompañada de Juan Gustavo y casi no la veíamos.

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Otro día, conocimos las islas del Rosario. Nos fuimos en lancha y después, pudimos aprovechar para asolearnos, bañarnos en el mar y tomar unas cervezas en una cabaña artesanales con troncos y palmas.

Sara Parlova estaba muy triste. Extrañaba al profesor Bobby. Ella alegaba que debió haber venido con el grupo. Pero, nosotras le dábamos ánimos y le pusimos un poco de música. Le cantamos “De Oro”, la canción de moda interpretada por la banda dominicana “La Familia André.” La canción parecía dedicarle a Sara Parlova, una rubia “de oro” como decía la canción.

“Y la canción también va dedicada a usted, Rosita.”

Bueno, también, estaba dedicada a mí…. ¡¡Y yo si era rubia natural!!!


“Y tu pelo en la brisa de oro/ Mis sueños trenzó/ te quiero/ Olo le lo lai/ Por tí, yo soñé mi amor/ Olo le lo lai/ Me paso el día pensando/ Olo le lo lai/ Y por la noche soñando/ Olo le lo lai.”

Las chicas bailábamos, entre nosotras, al compás de la pegajosa canción. Eramos felices y disfrutábamos del momento. Sara Parlova estaba muy feliz.

En ese mismo instante, dos chicos muy guapos, que nos vieron bailar, se acercaron a saludar a Sara Parlova. Ella se emocionó con su presencia, les guiñó el ojo, y les hizo conversación… ¡¡¡Qué rápido se les pasó su amor por el profesor…!!!

Mientras que Mauro, Tony, María Lynette y yo nos bañábamos en el mar… Ahora regreso a la playa con mis mejores amigas en Colombia. En ese momento, que todo este esfuerzo valió la pena… y al compás de la canción de la rubia “De Oro” de La Familia André.

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Después, viajamos a San Andrés. Como era puerto libre, pues, los chicos aprovecharon para comprar electrodomésticos, por ser puerto libre de impuestos.

Mauro se compró una radio casetera de esas que se le quitaban los parlantes, y la escuchábamos seguido en el Hotel. 

También, hubo un tour por la isla, por Taxis. Pasamos la Cueva de Morgan, porque según el conductor, no había nada interesante. Pero, si nos divertimos en el “Hoyo Soplador” … ¡¡¡Allí viene!!! ¡¡¡Nos mojamos!!! ¡¡¡¡Jajajajajajaja!!! Y otro día, fuimos a “Johnny Key”, una isla cercana, pero, decidí quedarme en el Hotel, para caminar un rato. No me pareció un viaje interesante. Y allí fue que lo descubrí… ¡¡¡Juan Gustavo!!!

- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en “Johnny Key”? -, preguntó Juan Gustavo.

Yo le reclamé que hacía con esa mujer y pregunté por Lilibeth.

-¡¡¡Eso no te incumbe!!! ¡¡¡Metiche!!!-, exclamó Juan Gustavo.

No soportaba que Juan Gustavo volviera a engañar a Lilibeth. Ella era mi amiga y me importa su felicidad. Volví a reclamarle. Juan Gustavo me dijo que era solo una prima. Pero, le reclamé, ¿Y desde cuando los primos se besan de esa manera…? Y amenacé con decírselo a Lilibeth.

Entonces, Juan Gustavo se enfureció conmigo, me tomó de las ropas, y quiso darme un golpe. Pero, en ese momento, escuché una voz grave que contiene a Juan Gustavo. ¿Es posible que sea el Tuto” Cuadros? ¿Y qué haría en San Andrés? 

Entonces, Juan Gustavo me soltó y se retiró con su supuesta “prima.” El “Tuto” Cuadros me preguntó si estaba bien. Yo le agradecí haberme defendido de aquel desgraciado.

- ¿Quién era ese hombre y por qué te agredía? -, preguntó el locutor.

Le respondí que era el novio de mi amiga a quién sorprendí besando a otra chica.

El locutor preguntó por mis amigas. Le respondí que estaban en “Johnny Key.” En ese momento, reconocí su voz grave y le pregunté si era el “Tuto” Cuadros, el locutor.

“Pues, si, ese soy yo. Vine para una serie de programas de radio aquí en San Andrés.”

Le hablé de mi amiga María Lynette es una gran admiradora de su trabajo.

“Oye, muchacha, ¿Tú eres colombiana? Hablas con un acento extraño.”, preguntó el locutor.

Le respondí que era del Perú.

-¡¡¡Oh, una peruanita!!! ¡¡¡Yo estuve de viaje en tu tierra, se come rico!!! ¡¡¡Y estuve por Machu Picchu!!! Supongo que conoces Machu Picchu, ¿Verdad?

La verdad, en ese momento, todavía no tenía oportunidad de conocer Machu Picchu. 

Entonces, el “Tuto” Cuadros, el locutor, me invitó a ir al bar para tomarnos unos refrescos. El pidió una cerveza. Yo solo pedí una “Coca-Cola” con hielo. Conversamos un rato. Le comenté de nuestro grupo musical, “Las Magníficas”, y él mostró interés en escucharnos.

Rato después, María Lynette, Sara Parlova, Tony y Mauro regresaron de “Johnny Key”, rojos de la erisipela y quejándose del calor incesante que había en ese lugar. No le gustó.

De inmediato, avisé a María Lynette… ¡¡¡María Lynette adivina con quién estoy…!!! Entonces, María Lynette me preguntó, curiosa, y yo le presenté a Alejandro, el locutor. María Lynette no podía creerlo y estalló un grito ensordecedor… ¡¡¡Finalmente, conoció en persona al famoso locutor de radio!!! ¡¡¡Y era guapísimo, se parecía al actor de la serie “Automan”!!!

El “Tuto” Cuadros, entonces, nos invitó a la discoteca “Las Palmas”. En la discoteca, bailamos merengue como un trompo.

“Volveré, volveré/ Porque te quiero hasta tu puerto volveré/ Volveré volveré/ Serás mi estrella si tú/ Me esperas volveré.”

Tuto Cuadros y Tony querían sacarme a bailar, pero, al final, terminé bailando varias piezas musicales con Mauro.

Y después, el locutor nos presentó ante el público para que cantáramos una canción. Y cantamos “Si tú te vas”, un merengue interpretado por Juan Luis Guerra y su Grupo 4.40.

“Si tú te vas, si tú te vas, mi corazón se morirá, si tú te vas…”

A lo lejos, mientras cantábamos, pudimos divisar a Lilibeth, nostálgica y triste, intuyo que ella quería cantar con nosotras, pero, Juan Gustavo la sacó del brazo y la retiró del lugar. Y nos aplaudieron con mucho entusiasmo. Y así disfrutamos nuestro viaje de excursión, a Cartagena y San Andrés, un viaje que, sin duda, nunca olvidaremos y que llevaremos por siempre en nuestras mentes.

Pero, María Lynette estaba con una sonrisa de oreja a oreja. Finalmente, había cumplido un sueño hecho realidad. Una noche, ella hizo salvajemente el amor con el “Tuto” Cuadros. Así es, María Lynette pasó una noche de pasión ardiente con el “Tuto” Cuadros.

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De regreso, me enteré de que “Osita” estaba embarazada… ¿Embarazada? Así es, ella se embarazó de un perro que rondaba por la calle… ¡¡¡No puede ser!!! ¿No la cuidaron? Así que el resto la pasamos atendiendo a “Osita” durante su embarazo… y finalmente, una mañana, ella dio a luz a tres cachorritos…mientras que su madre le daba que mamar y abrigaba para el frío... ¡¡¡Qué momento más enternecedor!!! ¡¡¡Finalmente, ya soy tía!!! ¡¡¡Jajajajajaja!!! Eran cuatro bolitas peludas que caminaba, como si les estuvieran dando cuerda. Mi padre miraba a los cachorritos y trataba como si fueran sus propios nietos. Mi mamá todavía no podía concebir madres irresponsables que abandonan a sus hijos... ¡¡¡Si hasta una perrita es capaz de criar a sus cachorritos!!!

María Lynette, Sara Parlova, Tony, Mauro y Susy visitaban todos los días a mi casa, para ver como crecían los cachorritos... prometiéndome que les regale uno cuando sean más grandecitos. Al final, cuando crecieron, los cachorritos los repartimos entre Susy, María Lynette y Sara Parlova. Sin duda, aquel momento nos mostró lo mejor de cada uno de nosotros, como seres humanos.

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De esta manera, culminó el ciclo escolar con nuestra ceremonia de Graduación en el Club de Empleados Oficiales de Bogotá. Hubo polémica por la elección, ya que pensábamos que merecíamos algo mejor. Pero, estábamos contentas porque… ¡¡¡Finalmente, nos graduamos!!! ¡¡¡Qué felicidad!!! Pero, la noche anterior, un suceso conmovió a todos.

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Esa noche, estaba con mis padres viendo televisión cuando de pronto, interrumpen el programa para dar la noticia: Un psicópata, veterano de la guerra de Vietnam, asesinó a varias personas en el Restaurante "Pozetto" de Bogotá. ¡¡¡No puede ser!!! Mamá, papá y yo íbamos a ese restaurante en los primeros años viviendo en Colombia, aunque dejamos de ir después que papá se peleara con un "mozo", mecero, del Restaurante que le respondió mal. La tragedia del Pozetto enluteció, de algún modo, la ceremonia de graduación. Pero, la vida tenía que continuar.

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Al día siguiente, yo me alistaba para ir a la Ceremonia, mientras que papá me peinaba y mamá entró al cuarto. 

-¿Y como está la graduada más linda de todo el país? No puedo creer que nuestra hija, nuestro retoño, se haya graduado. Pensar que fué ayer cuando iba al colegio con sus trenzas cargando su lonchera, ¿Te acuerdas, Rosita?-, dijo papá.
-Así es, Gregorio, el tiempo pasa muy rápido... nuestro bebé ya es una mujercita.-, respondió mamá.
-¿Qué pasa, hijita? ¿Por qué tan triste?-, preguntó papá.

Les pedí perdón a mis padres.

-¿De qué me perdonas?, preguntaron papá y mamá.

Nunca valoré lo mucho que se preocupan por mí.

-Eres nuestra hija. Claro que nos preocupamos por tí. -, respondió mamá.

En ese momento, viene la sirvienta para avisarles que ya llegaron Sara Parlova y María Lynette. Entonces, bajamos por las escaleras y las encontramos haciendo cariño a "Osita" y sus cachorritos. María Lynette y Sara Parlova me dieron ánimos para ir a la Ceremonia. Y nos subimos al auto de papá con dirección al Club de Empleados Oficiales, para la Ceremonia de Graduación, mientras que "Osita" se quedó en compañía de Susy la vecina.

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Llegando al salón, nos encontramos con Mauro y Tony, vestidos muy elegantes y buen mozos, con saco y corbata. María Lynette le hizo un gesto coqueto y le guiño el ojo a Tony. Tony suspiró por María Lynette. 

-Oigan, ¿Saben si ya llegó el profesor Bobby?-, preguntó Sara Parlova.
-Debe estar dentro, ¿Ya llegamos?-, respondió Tony.

Entonces, nos hicieron pasar por un salón para ponernos la toga y el birrete. Allí estuvo el profesor Bobby, pero, no estaba solo. Estaba acompañado de su prometida. Sara Parlova estaba frustrada. Lilibeth también estaba presente, pero, no estaba su novio. Nos acercamos a hablar con ella.

-Lilibeth, ¿Dónde está Juan Gustavo? No lo hemos visto por aquí.-, preguntó Sara Parlova.
-¡¡¡Snif!!!-, respondió Lilibeth, entre lágrimas, -¡¡¡Juan Gustavo terminamos!!! ¡¡¡El muy desgraciado me estaba engañando con otra!!! ¡¡¡Tenías razón Rosita, y yo no te creí!!! ¿Me perdonas?
-Por supuesto que te perdono, Lilibeth… somos amigas… en las buenas y las malas.-, dijo Sara Parlova.
-Ya, ya,-, intervino María Lynette, -Dejemonos de vainas, ¿Si?

Y le dimos la razón a María Lynette.

En ese momento, otro profesor nos avisó para decirles que la Ceremonia estuvo a punto de comenzar. A pesar de la emoción del momento, hubo un sentimiento triste en el ambiente, quizás, por lo sucedido la noche anterior. Incluso, el Rector nos invitó a un minuto de silencio por las víctimas. Y después, el Rector del colegio llamó a Lilibeth Romero para interpretar una canción. Lilibeth subió al podio, pero, dijo que no podía cantar. Todos nos quedamos estupefactos. 

-Ejem...-, dijo Lilibeth, - No puedo cantar sola... solo canto con mis amigas... María Lynette, Sara Parlova y Rosita Emilia. Por favor, suban al escenario

Sorprendidas, subimos al escenario, y decidimos acompañar a Lilibeth a cantar la canción. Cantamos una canción en llamada "Tiempos Mejores", interpretado por Yuri. y que reflejaba los momentos confusos por lo que estábamos atravesando y, para nosotras, era una inyección de optimismo que las cosas serán para mejor.

"Vivo con la esperanza de mirar un cielo azul/ Y dejar en los niños aunque sea un rayo de luz,
Siempre vendrán, tiempos mejores/ Siempre vendrán, tiempos mejores."

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Así fué que, poco a poco, nos llamaron para ingresar a recibir el diploma. Subieron Lilibeth... María Lynette... Tony... Mauro... Sara Parlova (guiñando el ojo al Rector). Y después, llegó mi turno, me emocioné cuando anunciaron mi nombre, Rosa Emilia Brescia Romero, y subí para recibir el diploma. Mis padres me tomaron varias fotos recibiendo el grado. Finalmente, lo conseguí... ¡¡¡Ya me gradué del colegio!!! ¡¡¡Uf!!! ¡¡¡Por fin!!!

Después de recibir el diploma, las directivas nos invitaron a una reunión con torta y champaña. Mis padres, Gregorio y Andrea, estaban presentes, muy orgullosos de mí, tomándome fotos, mientras que felicitaron a Mauro por la graduación.

Los invitados nos animaron a cantar. ¿Cantar? ¿Y los instrumentos? Entonces, algunos muchachos se aparecieron con teclados, congas, guitarras eléctricas y maracas. Así, pues, nos animamos a cantar…

Cantamos lo mejor de nuestro repertorio y rematamos con “Chicas de Hoy” de Tatiana, nuestra canción más representativa, y no podía faltar "La cuchilla" de Hermanitas Calle, a quién Lilibeth dedicaba a Juan Gustavo. Después, no volvimos a cantar juntas.

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Al final, Mauro y yo quedamos como buenos amigos… aunque después nos volvimos a encontrar en la Universidad Internacional de la Florida, en Estados Unidos, donde resido hasta este momento.

Susy se fué a vivir a Medellín y se casó con un bombero (no era como el de la novela, por cierto) y tuvo un hijo.  

Sara Parlova comenzó a salir con uno de los chicos que conoció en Cartagena, se casó y se fué a vivir a Manizales, y tuvo cinco hijos.

Lilibeth entró a trabajar en una fábrica que manufacturaba cintas para máquina de escribir, y después se fué a vivir al norte del estado de la Florida. Nos veíamos frecuentemente con ella durante las fiestas de Diciembre.

María Lynette también comenzó a salir con Tony y también, con Tuto el locutor. Pero, no llegaron a nada serio. Más bien, ella empezó a trabajar en la empresa de sus padres, mientras que la pasaba estudiando varias carreras... estudió inicialmente Biología Marina, pero, se aburrió y después estudió Zootecnia... también se aburrió... al final, terminó estudiando Contabilidad.

Nunca olvidaremos aquellos años que llevamos en nuestros corazones. Porque somos “Las Magníficas”, amigas por siempre.

FIN





Comentarios

  1. Muy lindo relato, muy nostálgico, recordando cuando el Papa Juan Pablo Segundo viajó a América, que afortunadas fueron las chicas en poder verlo frente a frente y recibir su bendición. Luego recordar cuando Maradona estaba en pleno apogeo. Aquel cometa. La telenovela Cristal que fue todo un éxito y su canción de entrada de Rudy La Scala, uff, que tiempos aquellos. Las chicas, muy buenas amigas que se hicieron, muy unidas, siempre en las buenas y en las malas. Luego la perrita, que linda, con sus cachorritos. Lástima que luego cada una de las chicas tomó su camino y no se volvieron a ver, pero lo bueno es que todas alcanzaron la felicidad.

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    1. Gracias, Gloria, me alegra que te haya gustado este relato. La idea es revivir viejos recuerdos sobre eventos del ayer y veo que lo he conseguido. La perrita llamó mucho la atención en mi primera versión, aunque en esta versión, quise enfocarme más en las chicas. Gracias por tomarte tu tiempo por leerlo desde el blog. Espero tenerte más seguido por aquí.

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